Los accidentes de tráfico vinculados al consumo de alcohol representan un tema significativo en la seguridad vial y la legislación española. Al darse el caso de sufrir un accidente de tráfico con resultado positivo en el test de alcoholemia, se desencadenan una serie de implicaciones legales y aseguradoras que requieren un análisis preciso.
¿Cómo afecta esto a tu cobertura de seguro y cuáles son las consecuencias legales que debes esperar?
Las implicaciones legales: multa o delito contra la seguridad vial
Cuando un conductor da positivo en alcoholemia, enfrenta distintas repercusiones legales. En primera instancia, la gravedad dependerá de la tasa de alcohol detectada y la sintomatología evidenciada en el atestado policial.
Para considerarse positivo en alcohol, el conductor debe superar ciertos límites, que varían según el tipo de conductor. La tasa genérica es de 0,25 mg/l en aire expirado para conductores normales, mientras que para conductores noveles se reduce a 0,15 mg/l.
Las sanciones van desde multas administrativas hasta penas de prisión. Por ejemplo, una tasa de alcohol entre 0,25 y 0,50 mg/l resulta en una multa de 500 € y la retirada de 4 puntos del permiso de conducir. En casos más graves, con tasas superiores a 0,60 mg/l, se enfrenta a sanciones penales que incluyen prisión, multas considerables y la privación del permiso de conducir por años.
Es crucial destacar que superar los 0,40 mg/l podría implicar conducir bajo la influencia de alcohol, especialmente si se constata en el atestado signos externos de embriaguez, como ojos rojos, habla pastosa o dificultades para mantener la verticalidad.
El rol del seguro de responsabilidad civil
En cuanto a la cobertura del seguro, la compañía del vehículo del conductor culpable debe hacerse cargo de reparar los daños causados y abonar las indemnizaciones a los perjudicados. El seguro obligatorio de responsabilidad civil, al ser considerado civil directo, está obligado a responder.
Sin embargo, la compañía de seguros tiene la facultad de repetición, lo que significa que puede reclamar los gastos sufragados debido a la conducta del conductor ebrio. Para ejercer esta facultad, las cláusulas limitativas deben estar incluidas en la póliza, aceptadas mediante la firma del tomador y redactadas de manera clara y comprensible.
Es crucial subrayar que muchas pólizas de seguro contienen cláusulas de exclusión de responsabilidad en casos de conducción bajo los efectos del alcohol. Si estas cláusulas no están presentes, la compañía podría perder la facultad de repetir, dejándola sin la posibilidad de reclamar los gastos asumidos.
En conclusión, enfrentarse a las consecuencias de un accidente de tráfico con positivo en alcoholemia implica tanto desafíos legales como implicaciones aseguradoras. Conocer a fondo las condiciones de la póliza y entender las repercusiones legales son pasos esenciales para abordar esta situación de manera informada y efectiva.